jueves, 31 de marzo de 2011

¿Conoces lo que comes?



Hoy en día los productos con los que se elaboran los alimentos que llegan a nuestra mesa pueden ser de dudosa procedencia. Muchos fueron hechos con transgénicos, es decir, con granos o vegetales que fueron modificados genéticamente, sin que a la fecha exista una evidencia de que son saludables para los seres humanos.


     ¿Sabías que gran parte de los alimentos industrializados son o contienen transgénicos? ¿Sabías que no hay certidumbre sobre los impactos que los transgénicos pueden tener en nuestra salud? Y aunque tenemos derecho a saber, las etiquetas de los alimentos no nos dan esta información...El derecho a la información sobre lo que consumimos es un derecho básico de los consumidores. Sin embargo, este derecho no está garantizado en México. A diferencia de lo que ocurre en países como Japón, China y la Unión Europea, entre otros, en México no existe el etiquetado de alimentos transgénicos, por lo cual, los consumidores mexicanos no tenemos forma de saber si nuestros alimentos contienen o no transgénicos.      

¿Qué es un transgénico? Un transgénico (organismo genéticamente modificado u OGM) es un ser vivo creado artificialmente con una técnica que permite insertar a una planta o a un animal genes de virus, bacterias, vegetales, animales e incluso de humanos. Por ejemplo, los biotecnólogos pueden tomar el gen de una bacteria e insertarla en el maíz, creando un organismo vivo completamente nuevo, esto con el fin de producir una sustancia insecticida; o, bien, insertarle un gen para darle resistencia a herbicidas.

     Esta técnica permite intercambiar genes entre especies e incluso reinos que naturalmente no podrían cruzarse. El objetivo de la biotecnología aplicada a la agricultura es controlar la producción de alimentos, a fin de lograr mayores ganancias para empresas como Monsanto, Bayer, Syngenta, Pioneer y Dow Agroscience, que al desarrollar estos organismos tratan de controlar los granos básicos que alimentan a la humanidad como maíz, soya, canola, algodón, sorgo, arroz y trigo.

Riesgos para la salud humana... Diversos estudios de laboratorio muestran claramente que el consumo de transgénicos presenta serios riesgos para la salud humana: nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos, disminución en la capacidad de fertilidad (en mamíferos alimentados con OGM), contaminación de alimentos, problemas en órganos internos, entre otros.

      Las empresas de transgénicos se han negado a hacer pública información vital que demuestra los problemas para la salud humana por el consumo de alimentos transgénicos. Distintos científicos han revelado que Monsanto omitió reportar efectos negativos serios en salud, como los signos de toxicidad en órganos internos de las ratas.

Otros riesgos ...  Sin embargo, los problemas de salud no son los únicos asociados al uso de transgénicos. Estos seres vivos nuevos también representan una amenaza para la biodiversidad, generan nuevos problemas a los campesinos que producen nuestros alimentos y lejos de contribuir a lidiar con un escenario de cambio climático, lo agravarán, pues implican un uso desmedido de agrotóxicos, una disminución en la diversidad de semillas y en realidad no están diseñados para enfrentar este desafío.

 

Amenaza a la biodiversidad

Los transgénicos pueden producir impactos inesperados e irreversibles en el ambiente, tales como la contaminación genética de especies nativas o silvestres. En el caso de México, cuna del maíz, los maíces nativos corren peligro de ser contaminados genéticamente debido al flujo del polen, transportado por el viento y los insectos, así como por el intercambio de semillas, costumbre fundamental de los campesinos que siembran este grano. De hecho, ya se han presentado diversos casos de contaminación, debido a la siembra ilegal, deliberada o accidental, de maíces transgénicos.


     Los cultivos experimentales, incluso a pequeña escala, presentan grandes riesgos de contaminación genética, por lo que deben ser prohibidos. La contaminación transgénica de los granos implica acabar con la diversidad de variedades. Tener pocas variedades -o una sola- de una planta nos impide enfrentar problemas como plagas, super malezas y los extremos del clima, tales como sequías y heladas. 


      Además, cultivar plantas transgénicas demanda un uso intensivo de agroquímicos (pesticidas y fertilizantes químicos, sustancias líquidas, gaseosas o en polvo, artificiales, usadas para proporcionar nutrientes, eliminar malezas, eliminar hongos y algunas algas, matar insectos y microorganismos, matar nematodos y gusanos del suelo, eliminar roedores, entre otros.) y un modelo estricto de monocultivo que afecta la fertilidad de los suelos y contamina los cuerpos de agua.

Nuestro maíz en peligro

México es centro de origen y diversidad del maíz, lo que significa que nuestro país  es cuna de ese grano, uno de los más importantes para la seguridad alimentaria mundial. Los transgénicos hoy amenazan al maíz.


     Cada año, México importa de Estados Unidos cerca de 10 millones de toneladas de maíz, de las cuales más del 80 por ciento son de maíz transgénico, debido a que los cultivos convencionales fueron desapareciendo en ese país, en gran medida como consecuencia de la contaminación genética. Las autoridades mexicanas no hacen ningún tipo de monitoreo ni tienen control sobre el maíz importado, por lo cual además de que se puede desviar para siembra y contaminar nuestros maíces nativos, también es posible encontrarlos en muchos de los alimentos industrializados que se venden en nuestro país, y esto es posible comprobarlo de acuerdo con la Guía de Transgénicos y Consumo Responsable donde se enlistan los principales productos provenientes de algún transgénico, y notamos que la mayoría de los que consumimos habitualmente son los que se mencionan en esta, y que las marcas que se nos recomiendan son poco conocidas y no son tan comerciales.


     En el año 2009, el gobierno mexicano autorizó las siembras experimentales de maíz transgénico en nuestro territorio, situación que pone en riesgo de contaminación nuestros maíces nativos, amenaza a agricultores y a consumidores y compromete nuestra soberanía alimentaria. No podemos permitir que se siga expandiendo la siembra de maíz transgénico; permitir esta expansión pone en riesgo al principal reservorio de semillas de maíz en el planeta.


Te invitamos a descargar la Guía de transgénicos y consumo responsable, a limpiar tu alacena y a ser un consumidor consciente, que con cada compra promueva un modelo justo y sustentable de mercado al tiempo que se alimenta de la mejor forma posible.
 




Artículo redactado por:
Lizeth Carrizales
Thalia Almanza
Cynthia Enríquez
Sonia Porcayo
Dulce Alcocer
Abril Esquivel 
Celia Escobedo 
Lizeth Lucio

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